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Pink Floyd celebra los 50 años de “The Dark Side Of The Moon”














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Pink Floyd celebra los 50 años de “The Dark Side Of The Moon”

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Marzo 5 de 20233



8:15 am


Analizamos uno de los discos más importantes de la historia




El álbum más popular de Pink Floyd vuelve a nosotros reeditado en múltiples formatos con motivo de su quincuagésimo aniversario: tras la edición lanzada en marzo, la semana pasada se publicó una versión remasterizada, precedida por la versión Redux de Roger Waters en solitario. Dejando a un lado las polémicas y los choques de egos, “The Dark Side Of The Moon” sigue suministrando una experiencia sónica tan gratificante como intranquila, un mirador hi tech desde el que vislumbrar el fondo más negro de nuestra psique.


La visión de Roger Waters, bajista y principal compositor de "The Dark Side Of The Moon", se centra en conectar con la experiencia humana al explorar las sombras de la psique. El álbum invita a reflexionar sobre las angustias profundas, como la violencia, el poder, el dinero y la salud mental, abordando así la cara B de nuestras vidas. Publicado en 1973, "The Dark Side Of The Moon" se erige como un monumento a la alta fidelidad, manteniendo su majestuosidad y misterio incluso cinco décadas después.


A diferencia del enfoque en el amor que caracterizaba al rock de años anteriores, Pink Floyd se centró en explorar nuestros miedos y terrores nocturnos, sugiriendo que una forma alternativa de gratificación emocional era posible. Publicado el 1 de marzo de 1973, el álbum refleja el fin del sueño hippie y presenta un tono espiritual inquietante, premonitorio del colapso del petróleo que afectaría la economía global más tarde ese año. Curiosamente, "The Dark Side Of The Moon", que critica el capitalismo a través de la canción "Money", se convirtió en un gran éxito comercial y un símbolo de opulencia sonora, justo antes de que el punk cuestionara severamente el show business.


"The Dark Side Of The Moon" regresa en una lujosa reedición en forma de boxset, reafirmando su estatus como un monolito de la era dorada del rock. Este álbum combina tecnología musical con una esencia humana, presentando un inusual instinto pop para la banda y evocando una melancolía sutil. Con la fuerza del rock como un artefacto dominante y toques de belleza poética, la obra desafía la clasificación sencilla como rock progresivo, una etiqueta que ha abarcado diversas propuestas, desde el gótico teatral de Genesis hasta el protometal de King Crimson y el sonido bucólico de Yes.


Pink Floyd nunca se adhirió a un estilo sonoro fijo, comenzando con el pop psicodélico de su primer álbum "The Piper At The Gates Of Dawn" (1967) y evolucionando hacia una mística space rock en "A Saucerful Of Secrets" (1968). Su música también exploró el hard rock y el free jazz en "More" (1969), la banda sonora de una película de Barbet Schroeder. La banda se aventuró en experimentaciones individuales en "Ummagumma" (1969) y adoptó una complejidad sinfónica en "Atom Heart Mother" (1970). Con "Meddle" (1971), comenzaron a definir paisajes electrónicos, destacando el tema "Echoes", que influiría en "The Dark Side Of The Moon". Por último, "Obscured By Clouds" (1972) representó un capítulo menor como la banda sonora de otra colaboración con Schroeder.





La banda llegó a "The Dark Side Of The Moon" con una rica experiencia musical y decidió que Roger Waters se encargaría de las letras, permitiéndole explorar sus inquietudes personales. Aunque inicialmente el álbum iba a reflejar las presiones de las giras, el concepto se expandió tras la trágica historia de su exmiembro Syd Barrett, incorporando temas de salud mental y existenciales que resonaban con la humanidad en general. El álbum, que inicia y termina con latidos del corazón, simboliza el ciclo vital y explora conceptos en conflicto, como la vida y la muerte.


La composición musical fue un esfuerzo colaborativo de los cuatro miembros, destacando la contribución de Rick Wright con sus teclados, que crearon una atmósfera única. También participó Alan Parsons como ingeniero de sonido, quien más tarde formaría su propio proyecto, y Chris Martin supervisó las mezclas, trayendo su experiencia de trabajar con The Beatles. "The Dark Side Of The Moon" puede compararse con "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" en términos de narrativa y avances en ingeniería de sonido.


El álbum consta de diez temas y se puede considerar como una obra conceptual debido a la continuidad entre ellos. El tema de apertura, "Speak To Me", es una creación de Nick Mason, con un regalo de Roger Waters que le permite acceder a los derechos de composición. Este tema introductorio es un breve collage de sonidos que establece el leitmotiv central del disco, incluyendo fragmentos de diálogo de Chris Adamson y Gerry O’Driscoll, así como otros sonidos ambientales. Luego, "Breathe (In The Air)" presenta la voz de David Gilmour, quien invita a reflexionar sobre la vida, con un toque de blues y un solo de guitarra melódico. Aunque Waters es el principal ideólogo del álbum, Gilmour añade una carga emocional significativa a la obra.


"On The Run" es un tema instrumental que carece de estribillo y estrofa, construido sobre una secuencia de ocho notas de sintetizador que genera un efecto robótico. La banda busca reflejar el estrés de la vida de gira y el temor a los accidentes aéreos. Originalmente titulado "The Travel Sequence" y con un enfoque más guitarrero, el tema incluye grabaciones de anuncios de una terminal de aeropuerto, indicando vuelos a Roma, El Cairo y Lagos. La pronunciación de "El Cairo" es confusa, ya que la voz femenina podría interpretarse como "Kano", Nigeria. Este tema es significativo porque recuerda un accidente aéreo trágico de 1969 en el que un vuelo con ese destino se estrelló, resultando en la muerte de ochenta y siete personas. La pieza concluye con sugerencias de colisiones violentas, mostrando un uso innovador de sonidos mecánicos dentro de un contexto emocional profundo.


La canción "Time" comienza con sonidos de carrillón que nos transportan a una dimensión fuera de las normas temporales, seguido de una secuencia funk que refleja la rutina de la vida laboral, expresando sentimientos de desperdicio y un acercamiento a la muerte. Las letras reflejan la esterilidad de los días y la parálisis existencial, cuestionando los valores de los padres en un contexto de posguerra. La música combina textura rock y un potente solo de guitarra, con un dramatismo coral proporcionado por voces de sesión que acompañan a Rick Wright. Este es un momento inusual, ya que no volvería a cantar en solitario hasta 1994. La canción culmina en la transición hacia "The Great Gig In The Sky", que sugiere una pérdida de conexión con el mundo.


La actuación vocal de Clare Torry en "The Great Gig In The Sky" es destacada por su potencia y evocación, a pesar de estar desprovista de texto y línea melódica. Su interpretación, que aborda el enigma de la existencia y el miedo a la muerte, se mueve entre el desvarío y la paz. La pieza se basa en una secuencia de acordes proporcionada por Rick Wright, pero Torry no recibió créditos de autoría en su momento, recibiendo solo treinta libras por la sesión de grabación. En 2004, Torry demandó a Pink Floyd y ganó, siendo reconocida como coautora. Junto con "Us And Them", esta canción resalta la contribución de Wright como creador musical en un periodo en que Roger Waters comenzaba a dominar los créditos de los álbumes posteriores.


En los años noventa, la música comenzó a mostrar conexiones más explícitas entre géneros, a diferencia de la sutileza de los ochenta. La aparición de la IDM y el techno trance, ejemplificado por The Orb, marcó un cambio en la percepción musical, como se evidenció en una portada de 'Melody Maker' de 1993 con David Gilmour y Alex Paterson. Este periodo también vio a Radiohead explorar una melancolía existencial en su álbum "OK Computer" (1997), mientras que Coldplay, en su tema "Coloratura" de "Music Of The Spheres" (2021), mostró influencia de esa obra. Además, Billy Corgan de The Smashing Pumpkins se dejó llevar por las influencias místicas de Waters en "Porcelina Of The Vast Oceans" (1995). Otros artistas de la época, como el dúo francés Air, Marillion, Nine Inch Nails, Dream Theater y Tool, también reflejaron estos ecos de complejidad y madurez musical.


Qué decir de la banda instrumental Ozric Tentacles. Y de The Flaming Lips, que llegaron a facturar en 2009 una versión propia de “The Dark Side Of The Moon” junto a Stardeath And White Dwarfs, Henry Rollins y Peaches. En esa categoría, la reconstrucción del disco, hay que citar el volumen “Return To The Dark Side Of The Moon” (2006) a cargo de un enorme elenco de músicos que incluye a miembros de King Crimson, Yes y Styx, así como Dweezil Zappa. Se han publicado tributos en clave de dub (de Easy Star All-Stars), a capela (Voices In The Dark) y bluegrass (Poor Man’s Whiskey). Y en España, donde se pueden captar pistas en los discos de Triana en los años setenta, y más recientemente, en “Hola Tierra” / “Hello Earth” (2021), de Antonio Arias (trabajo con producción de Youth, el ex Killing Joke), hay que mencionar la reconstrucción íntegra del álbum a cargo de Marcel Bagés y David Soler, con la asistencia de Maika Makovski, Alba Carmona y Nico Roig, estrenada en 2022.


Cinco décadas después de su alumbramiento, “The Dark Side Of The Moon” reaparece en diversas versiones, incluyendo el álbum “Live At The Wembley Empire Pool, London, 1974” y un libro sobre su elaboración. Es improbable que la versión más lujosa pueda siquiera llegar a competir jamás con ese elepé original que se ha ido heredando de padres a hijos. Tampoco lo hace la nueva grabación de Roger Waters, a título individual, sin contar con Gilmour ni Mason, dispuesto a reivindicar su autoría del conjunto de las composiciones. Casi quince años después de la muerte de Rick Wright, el trío superviviente sigue enredado en una guerra sin fin cuando sus integrantes se acercan a los ochenta, con declaraciones estridentes en la prensa y ridículos choques en Twitter. Hay combates de egos que no descansan y obras que sobreviven a los odios eternos que se dispensan sus creadores. Quizá sea ese el retorcido modo de Waters de darse la razón cuando nos habló, hace cincuenta años, de que el lugar en el que los humanos confluimos es, de modo incorregible, el lado oscuro de la luna.





El audio del albun lo encuentras arriba ⬆️ en el encabezado.▶️


















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